Cuando las personas llegaron a las Orquídeas, no había nada. Todo era monte y barro. Los cucullos aturdían a la gente. Y los zancudos metían a la cama a los niños antes de las 6. En las noches las familias rumbeaban con un radio de pilas y velas. En las mañanas las madres despachaban a sus hijos con colada de millo. Y en las tardes o noches de lluvia, los hombres, mujeres y niños, dormían –si podían- en medio del agua.
De las Orquídeas se habla de las pandillas, de la bala y de la violencia. Pero no se habla de su arte, de la cultura y de su gente. De todo lo que hicieron las familias para construir y urbanizar su territorio.
Si querés conocer la historia del barrio, una contada por su gente, escucha la Oraloteca, dale click en reproducir.
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